Casa de la Independencia

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El 17 de Enero de 1820, los cabildantes de Asunción determinaron el enderezamiento de las calles de la ciudad, principalmente, aclaraban, “… las que sirven para el tránsito ordinario de nuestro Excelentísimo Señor Supremo Dictador Perpetuo cuando sale su Excelencia a visitar de los cuarteles y a dar disposiciones convenientes a los grandes negocios de la República” (1). Con la medida, las autoridades pretendían que las calles tuvieran “...la rectitud posible” y ordenaban para lo mismo “…quitar los cañizos o cercas que sobre poder encubrir alguna sospecha, embarazan la vista y desahogo de dichas calles”. 

Lejos de una genuina preocupación por la estética urbana, el proyecto no escondía otro propósito que la seguridad del Dictador Francia. Él mismo se puso al frente de los trabajos, pero ni su celo característico ni el apoyo de sus modestos ayudantes, impedirían que se cometieran numerosos errores, demoliéndose más de lo previsto. Algunas casas quedaron partidas en dos y las intervenciones que otros vecinos se atrevieron a efectuar mas tarde, como para disimular los muñones que heredaron de las reformas, dieron lugar a extrañas tipologías arquitectónicas. 

Una de éstas, habría sido la casa de la familia Martínez Saenz, residencia que alojara las conspiraciones de los patriotas en los primeros días de 1811. El frente principal habría sido recortado para dar lugar al enderezamiento de una calle. De las características iniciales de aquella construcción, desaparecieron las amplias galerías elevadas. Éstas, conocidas como recovas, uniformaban a las casas y la mayorías de las cuadras de Asunción. Al mismo tiempo de dar protección a las paredes de adobe, las recovas hacían posible la circulación de los transeúntes a cubierto de las inclemencias del tiempo, alojaban las tertulias familiares del atardecer, y hasta servían de dormitorio en las noches calurosas del eterno verano asunceno.

La existencia de esta tronchada recova en la casa Martínez Saenz puede presumirse no sólo por la estrechez del corredor elevado que bordea la construcción hacia la calle principal, sino por la sensible diferencia de altura de los asientos del techo de esta parte con la de los demás aleros. Pero el interior de la casa conservaba—y conserva aun—las características esenciales de las residencias urbanas de la colonia: corredores volcados hacia un patio central, “poético baluarte de árboles frutales” con el agregado de floridas enredaderas y algunas esencias para surtir al mate o la cocina. 

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La casa mostraba otra peculiaridad característica de la época. La disposición de sus volúmenes cerrando un patio central, se orientaban hacia una tercera calle. Parte de ésta, en realidad un pasaje, todavía subsiste y es conocido como el Callejón Histórico, en base a una sentencia judicial posterior a la muerte del Dictador en 1840, que la consagraba de “…interés para la comunidad de los sentimientos patrióticos”. 

Los detalles constructivos estaban apegados a las tecnologías de entonces: estructura de madera, especialmente en los horcones de la galería; paredes de ladrillos sin cocer (las del exterior fueron cubiertas o sustituidas por ladrillos cocidos); cabios de palma y entretejido de tacuarillas bajo las tejas. Los pisos se conservan de ladrillos, como los originales, aunque éstos persisten en alguna parte de la casa.

En cuanto a aquella malhadada intervención urbana, su estigma duró hasta nuestros días. Aquellas mal llamadas “reformas”—que además de arbitrarias se hicieron abiertamente contrarias al sentido común, la técnica urbanística y la naturaleza—signaron las expansiones de la ciudad en el resto de la centuria y en la siguiente. Asunción nunca recuperaría el fascinante carácter urbano que mantuvo durante 278 años (1543-1821).

(1) La referencia es para el Dr. José Gaspar Rodríguez de Francia, ideólogo de la Independencia producida en mayo de 1811 y miembro del Triunvirato, de la Junta Gubernativa y del Consulado, instituciones que rigieron los primeros años de vida independiente, para ser proclamado posteriormente Dictador Temporal en 1814 y Dictador Perpetuo en 1816. En este carácter, gobernó hasta 1840, año de su muerte.