Feriados "Turísticos"

“El día que decidamos colgar a los capitalistas, se atropellarán para vendernos las sogas”. ~Major George Racey Jordan (atribuido erróneamente a Carlos Marx)

Está visto que el camino “cuesta abajo” de nuestra involución social, es más empinado de lo que imaginábamos. Ahora resulta que los feriados (los de mitad de semana trasladados a lunes) son para “promover el turismo”. Por lo que ABC destacó en primera plana nada menos que: “Al Senado no le importa el interior del país” criticando la reticencia de la Cámara, para aceptar los cambios. 

Tal vez sea así, que "al Senado no le importe el interior …" pero no por el motivo que se aduce, sino porque se siguen desmembrando las comunas sin ton ni son. En la página tres del mismo diario se anuncia por ejemplo, elecciones en nuevos municipios creados por la “patria partidaria”, algunos de ellos con un poco más de 3.000 electores, cifra muy inferior a cualquier barrio de Asunción. De manera que lo de “feriado turístico” debe entenderse como el intento de reducir nuestros “días de redobles” a las interesadas recordaciones inventadas: Día de la Madre, del Padre, de la Amistad o de los Enamorados; para el negocio del intercambio de regalos; o para el consabido karu guasu o el ñemokö guasu característicos de los días festivos. 

Pero que nuestras autoridades dejen POR FAVOR que los fastos que recuerdan la Independencia Nacional, el Día de los Héroes o nuestras gestas civiles o militares, sean conmemoradas en el día y si fuera posible, en la hora en que sucedieron. Fueron los hechos y momentos que nos permitieron ser lo que somos y no debieran estar destinados para “santificarlos” con compras, comilonas o borracheras, sino con actitudes completamente distintas a la distensión mal acostumbrada. 

Debe reconocerse sin embargo que los feriados nacionales dejaron de constituirse—desde ya hace mucho tiempo—en la oportunidad para el encuentro de los gobernantes con su pueblo o de las fuerzas militares y policiales con los estamentos civiles. Dejaron de ser ocasiones para que en las escuelas, los maestros, alumnos y padres de familia, concreten una evocación colectiva y solemne de los sagrados días de la patria. Pero por culpa (en parte) de los “traslados de fechas”, los días patrios dejaron de ser la ocasión en que TODOS los paraguayos pudiéramos honrar el sacrificio de nuestros mayores y renovar nuestra esperanza en un futuro mejor, lejos de los padecimientos que hoy nos acosan, y de la manera más digna: cantando el himno cobijados bajo la bandera nacional

Es obligatorio en esta ocasión poner el acento en algo fundamental: las fechas disueltas en el calendario turístico y comercial, son las mismas en las que con más de un siglo de distancia, murieron miles de compatriotas nuestros. Son las mismas en las que centenares de mujeres quedaron viudas, cuando sobre este mismo suelo y bajo este mismo cielo, miles de niños paraguayos quedaron sin padres y casi siempre sin hermanos y que a partir de entonces tuvieron que deambular la dura vida del paria en su propia tierra, afrontando un futuro mas que incierto. 

Y si el feriado entre semana no es rentable para el turismo, es que la Conmemoración de una fecha histórica ¡no es para hacer negocios ni para vender nada! 

“Conmemorar es recordar pública y solemnemente. La conmemoración es la solemnidad del recuerdo”, escribía José Ortega y Gasset. Es simplemente para que en ese punto del calendario y en homenaje a la responsabilidad que nos cargaron nuestros mayores, decidamos ser mejores, más responsables, más honestos y si fuera posible, más exigentes. Con nosotros mismos y todavía más, con nuestras autoridades, quienes mediante nuestros votos, asumieron el compromiso de conducirnos por los caminos de la decencia, de la probidad, de la austeridad y la eficiencia. 

Estos feriados son para evitar que se diluya el sentido de responsabilidad colectiva, para determinarnos a merecer el destino que se nos ha legado, y proponernos firmemente dejar una nación mejor de la que recibimos. 

El Turismo mientras tanto, se promoverá en el Paraguay cuando nuestras aeropuertos, puertos y aduanas estén instalados y equipados con las comodidades requeridas para sus delicadas funciones. Cuando nadie cobre indebidamente NADA, a NINGÚN visitante.

Se incrementará el turismo cuando nuestros aeropuertos, como se llamen y donde estén localizados, se parezcan—al menos—a cualquiera de los aeropuertos de las provincias argentinas o estados del Brasil. 

Cuando la cacareada “marca país” se apoye en proyectos concretos y bien diseñados con los que el Gobierno Central y los gobiernos locales, se impongan para proteger nuestras costas, nuestros paisajes, nuestros lugares históricos. Para que todos estos sitios estén accesibles, seguros y señalizados. 

Como un triste ejemplo, debe decirse que Cerro Corá, el escenario de mayor gloria y drama de nuestra historia, está infestado de antenas repetidoras de cualquiera de las empresas internacionales de comunicación. De forma que tales afrentas a nuestro patrimonio histórico, anulan cualquier emoción o la posibilidad de fruición de un paisaje tan entrañable para los paraguayos.

Finalmente y ante el interés de concretar "feriados largos”, para la obligación de hacer turismo… ¿CÓMO?¿PARA IR ADONDE? ¿A HACER QUÉ? Pues si se pretende que la gente se arriesgue en cualquier playa de aguas infestadas con coliformes fecales, creo que sería más sano y productivo, respirar el aire digno de nuestros feriados en casa; y exigir a nuestras autoridades, a que nos ofrezcan una colección de lugares en los que distenderse y disfrutar. 

Porque mientras la actividad más visible de nuestras flamantes Secretarías de Estado sea declarar de interés turístico, cultural o educativo cualquier cosa que tenga el auspicio de alguna cervecería—ya se trate de algún corso carnavalesco o un concurso de miss loquesea—sus presupuestos sólo seguirán al servicio de mantener una frondosa dotación de funcionarios. 

Total, el denodado esfuerzo de vendernos las sogas seguirá quedando a cargo de los que “promueven el turismo” a costa de nuestras emociones y de nuestro vapuleado sentido patriótico.

Escrito originalmente en mayo del 2017.

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