"Mbore" y su Origen
(Ver al final una calificación a este artículo por el Director del Ateneo de la Lengua Guaraní, Lic. David Galeano Olivera.)
Ante el envío—vía redes sociales—del supuesto origen del paraguayísimo vocablo Mbore, el que supuestamente se debería a la expresión inglesa I am bored (estoy aburrido) usada frecuentemente por los británicos que vinieron al Paraguay contratados por el gobierno de Carlos Antonio López, en los años 1850s y 1860s.
La versión era desconocida hasta ahora (al menos para mí), aunque varias décadas atrás, otros “expertos” intentaron la misma explicación con el portugués Vai embora (se pronuncia vaimbóra y significa vete o fuera de aquí!) con el que los brasileños de la posguerra del ’70 expulsaban a los famélicos paraguayos que se acercaban a los cuarteles de la ocupación en Asunción, por algo de comida.
¿Influencia del inglés en el Guaraní?
Es posible que con el criterio de las similitudes en el sonido de las palabras, encontremos vocablos idénticos al guaraní—aunque con significados diferentes—en todos los idiomas. Sin ir más lejos, un diccionario de la editorial Espasa/Calpe, España, edición de 1912, contiene una cantidad significativa de vocablos castellanos con raíces guaraníes, usados desde el Caribe hasta el Sur de Chile.
El periodista e investigador británico Andrew Nickson, reportó a propósito lo siguiente: “En el Museo del Canal de Panamá, ubicado en las Escuelas de Miraflores, encontré una presentación de las posibles explicaciones del origen del nombre Panamá. Una de ellas es, “variedad de mariposas” o sea, vendría posiblemente de panambí”.
Los historiadores uruguayos Susana Rodríguez y Rodolfo González van un poco más lejos, afirmando en el libro En Busca de los Orígenes Perdidos: los guaraníes en la construcción del ser uruguayo, que el guaraní pre hispánico fue en América, como el latín lo fue para los europeos de épocas antiguas, por lo que habría influenciado en todas las lenguas y ciencias de este continente.
Los antropólogos también cuentan que el Paraguay (que ya tenía este nombre antes del arribo de los primeros europeos), era considerado por quienes habitaban otras regiones americanas, como un Paraíso Terrenal, que llegar hasta el centro de América constituía un verdadero privilegio.
Ignoro si este dato estaría muy generalizado, pero lo cierto es que cuando el poeta cubano Nicolás Guillén, le dedicó un poema a José Asunción Flores (en el exilio, como lo estuvo durante gran parte de su vida), escribió:
José Asunción … José Asunción… ¿quién pudiera volar y ver,
volar y ver, el territorio encendido donde subiste a nacer?
(haciendo alusión a que Paraguay está en el cielo)
A propósito de Cuba, un compatriota de larga misión diplomática en la isla, escribió un libro comentando sobre los más de 300 vocablos del antiguo idioma caribeño, semejantes al guaraní.
El Guaraní: idioma de la región Platense
Un estudio reciente afirma que en promedio, más del 30% de los hermanos del Plata provienen de sangre indígena, o sea, hermanos más que nunca. El dato puede sorprender a algunos pero se conoce históricamente, sobre los altos porcentajes de paraguayos y guaraní-parlantes, además de negros africanos y afro americanos, localizados en la mayoría las ciudades del sur, incluida Buenos Aires (y en el caso de los negros, también en Paraguay).
La versión del altísimo porcentaje de paraguayos que pelearon en las guerras de la Independencia americana, se la debemos al propio presidente Carlos Antonio López que lo consignó en un memorandum dirigido al Encargado de Negocios de los EE.UU. en Buenos Aires, Mr. William Harris, el 15 de setiembre de 1845.
El documento expresaba que más de 4.000 paraguayos perecieron en las luchas por la Independencia americana, desde San Lorenzo (1812) hasta Ayacucho y Junín (1824).
Es lo que explica además, que grandes personajes de la historia americana—Pedro I, José Gervasio Artigas, Bartolomé Mitre y José de San Martín, entre otros—hablaran el guaraní. De acuerdo a algunos historiadores sanmartinianos, el Libertador hablaba mejor el Guaraní que el francés, que no es poca cosa sabiendo que San Martín vivió en Francia durante los últimos 26 años de su vida.
Ante estos datos, otros lingüistas se aventuran a afirmar que el famoso “Che” de los argentinos, es porque en el Buenos Aires de los tiempos coloniales, se escuchaba permanentemente a los muchos paraguayos residentes, decir a cada momento: Che mba’e (es mío); che ra’y, che rajy o che rembireko (mi hijo, mi hija o mi esposa); che aipota kóa (quiero esto); y otras formas expresivas que indicaban posesión o identidad y equivalente al pronombre de primera persona de los posesivos guaraníes. De esa forma, “¡Vos …che!” a manera de interpelación o llamada de atención al peón paraguayo, habría surgido la expresión “Che” que hoy caracteriza el hablar de los argentinos en el mundo entero.
El Mbore
Pero antes de abordar el posible origen del vocablo Mbore, y volviendo al tema de las similitudes, en la nomenclatura de nuestros pueblos hay vocablos que tampoco son guaraníes, especialmente los usados en el Chaco y en el norte de la región Oriental, los que son predominantemente, de origen Mbaya/Guaikuru. Con esta influencia, tenemos en el Matto Groso brasileño y en nuestros departamentos de Concepción y Amambay, una serie de nombres, como aquidaban-nigüi, lapacidigo, mbarakaju, tagatyja, entre otros.
También encontramos en el castellano que se habla en todo el mundo, vocablos de origen negro/africano— matungo, campana, mucama, tanga, cachimbo, catanga, marimba, chimpancé, banano—además de vocablos árabes como casi todos los aplicados a la construcción—albañal, machinal, andamio, alfajía—y otros: café, diván, jirafa, alfombra, almohada.
ENTONCES, dejemos de especular sobre la novedad de lo normal, pretendiendo un British origin a nuestras expresiones populares. Pues el fenómeno simplemente parece desnudar el complejo de algunos compatriotas que desearían haber nacido en un barrio de Londres, o de Boston, que sería más cool todavía.
Mi Teoría
Mi teoría sobre mbore se basa en dos simples especulaciones que no tienen validez científica (lo aclaro, por las dudas):
La primera es que de la misma manera que en guaraní usamos las interjecciones nde rakóre o nde sy rakóre (por tu/su vagina), nuestros ypykuéra, por oposición de sexos, también habrían dicho nde rembóre (por tu pene).
Y así como se intentaba atenuar el violento contenido de la interjección, la primera fue abreviada con ndera! o modificada como nde rachóre y con la segunda, también se habrá intentado una atenuación parecida: nde ‘mbore o algo que no hiciera tan explícito su significado.
Insisto, sólo posiblemente, pues el elemento masculino parece haber sido mucho más insultante.
De ahí el Tembó con el que lapidamos en Paraguay, al insoportable, pesado, bruto, tramposo, ventajista y otras bellezas de nuestro paisaje social, humano y masculino. Es un insulto que, de paso, alude sólo al aparato genital de los varones y la expresión nunca es usada con las mujeres.La segunda: Los que fuimos al Cuartel, habremos escuchado más de una vez, a nuestros oficiales instructores, decir: ¡Anína remboro hína! (“No vayas pues a hacerlo amargo” u otros significados parecidos). Y, por lo mismo: ¡Nde recluta, remboro jeyma hina! (“¡Recluta: otra vez estás metiendo la pata” o “ya lo estás amargando de nuevo!”)
Por lo que, pasando del hecho al ejecutante, el mbore era el que hacía mboro, o sea, el ejecutante de lo amargo.
Conclusión
Debe decirse finalmente que cuando algo se materializa como costumbre o hábito social, especialmente en las expresiones populares de la lengua, tendría que haberse producido una repetición constante y frecuente a partir de la fuente original, la que debe ser practicada además por mucha gente, durante mucho tiempo, lo que inducirá a que finalmente, el resto de la población local la copie o se apropie de la misma, adaptándola a sus usos y costumbres.
Hay muchos ejemplos al respecto y el más conocido es el “Londón karapé” (el baile “a lo inglés”, adaptado por el pueblo llano), de la misma época y de los mismos actores sociales del Paraguay.
Deberíamos saber a propósito que en el momento de mayor presencia en el país, los ingleses sumaron unos 247 componentes (Ver: “Carlos Antonio López: Obrero máximo” de Juan Francisco Pérez Acosta o “Los Británicos en el Paraguay” de Josefina Plá) de los cuales, menos de la mitad eran técnicos y profesionales. El resto eran familiares, mujeres y niños menores. Los ingleses tenían sus cafés en Asunción, sus clubes, sus propios pasatiempos y su whisky, que si no lo tenían, lo fabricaban.
Y por supuesto, habrá habido entre ellos abstemios o solitarios y la habrán pasado más que aburridos en aquella Asunción aldeana y carente de casi todo. Pero es difícil pensar que aún así, estuvieran recorriendo las polvorientas calles de la ciudad perifoneando I am bored! I am bored! como para que los paraguayos terminaran aprendiendo a decir sólo mbore.
A quienes inventaron esta teoría lingüística, yo les respondería simplemente con el consabido ¡¡MBORE!!
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Inicio del mensaje reenviado:
De: David Galeano Olivera <davidgaleanoolivera@gmail.com>
Asunto: Re: Significado del "MBORE" - II
Fecha: 18 de octubre de 2018, 16:55:33 GMT-3
Para: Jorge Rubiani <jorgerubiani@gmail.com>
Hola apreciado Arq. Rubiani!
Perdón por mi desatención. Estuve en clase. En cuanto a tu comentario, estoy absolutamente de acuerdo contigo en relación a que si seguimos esa tendencia todo lo que conocemos del Guaraní terminará proviniendo del inglés, del francés o de cualquier idioma que se le ocurra al opinólogo de turno.
Mbore es Guarani. Precisamente, al respecto, le decía a otro amigo que así como se dice "nde rekóre", un abuelo mío me decía que la palabra era "ne rembóre" y que -con el tiempo- quedó en "mbóre".
Maitei horyvéva ndéve.
David